La industria nuclear es una de las que más invierte en seguridad. En las centrales nucleares la seguridad es una condición esencial de operación.
La operación de las centrales nucleares está condicionada por sus sistemas de seguridad. Las plantas fueron diseñadas para ser seguras y, a través de sus años de operación, los sistemas de las centrales fueron actualizados.
Además, la operación está regulada y controlada por organismos nacionales e internacionales, que monitorean regularmente los procesos de las centrales nucleares.
El Estado Nacional argentino controla y fiscaliza la actividad nuclear a través de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN). A su vez, nuestro país es miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que impone normas de obligatorio cumplimiento.
Adherimos a estándares de seguridad y tratados internacionales. Integramos la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO) y el Grupo Operadores de Centrales con Tecnología CANDU (COG).
La construcción de las centrales nucleares está regulada por organismos nacionales e internacionales. Todos sus componentes fueron fabricados siguiendo estándares de calidad nuclear, procesos de certificación y de calidad rigurosos.
La protección del personal se alcanza con la aplicación de la Ley Nacional 19.857 de Higiene y Seguridad Laboral. En las centrales nucleares estas medidas se intensifican.
Las trabajadoras y los trabajadores de las plantas que ingresan a zonas radiológicamente controladas son monitoreados y cumplen con un límite anual de exposición fijado por la Autoridad Regulatoria Nuclear y la normativa internacional.